
- "¡¡ No, no me intentes convencer, yo de aquí no me muevo!!"-.
Lo he visto esta mañana, estaba haciendo mi ronda por el piso cuando han llegado de la calle... con esa cosa. En mi vida he visto bicho más feo y raro que ese; no sé lo que es, ni de donde viene, lo único que sé es que me tiene acojonaito.
Por su tamaño, (más o menos el mio) y por su cuello largo, podría decir que es un avestruz enano, pero no lo hago yo por aquí, además de plumas anda pelao.
Por otra parte, parece que tiene una especie de caparazón ¿será un caracol?... ¡¡ no, no, imposible, ni siquiera una cabrilla alcanza semejante tamaño!!.
¡¡ Ya está, no puede ser otra cosa que una tortuguita de las Galápagos, seguro que sí!!. ¡¡Pero eso sería estupendo!!, si fuera tortuguita, me puedo hacer su amiguito, e ir juntos a la calle a dar nuestros paseitos, y a dejar nuestras huellas (yo, para dejar claro a otros chuchos que soy el que mando, y ella, bueno, ella no tendría problemas, no creo que hayan muchas tortugas galápagos por el barrio con las que competir, pero por lo de sentirse como en casa y todo eso, que explica muy bien el Dr. Chi Huahua (pionero en la materia) en sus obras "combatir el estrés de la mudanza" o "Come como en casa".
Lo tengo decidido, voy a visitarla y a invitarle a unas chuches para romper el hielo un poco, no conozco a nadie que le diga ¡¡no!! a un trocito de hueso de vaca. Míra, allí está.

Me voy a acercar lentamente, con el hueso por delante, para que vea que vengo en son de paz.
Se lo dejaré cerquita, para que lo vaya oliendo, y vea que es de categoría, esperaré a que mueva su colita y lo compartiremos.
(Quince minutos más tarde) Sí que tarda en moverla, sí.
Lo que ocurrió acto seguido, lo voy a relatar tal y como pasó, porque si pretendeis que os lo explique vais listo, aún no salgo de mi asombro:
-"Un bípedo se acerca, coge una parte del bicho, hasta entonces para mí desconocida, y lo ata a la pared (pobre); acto seguido se empieza a oir un zumbido raro, raro, raro. Después, mi hueso desaparece."
Una cosa que me enseñó mi papá fué a no juntarme con gente que me diera grima, y éste se lleva la palma. Para no ser descortés, le regalo mi hueso (ni se me pasa por la cabeza ir a pedírselo) , le cedo mi habitación (dormiré en la cocina porque tampoco se la voy a pedir, no estoy loco), y me remitiré a lo que dije al principio: -" ¡¡ No, no me intentes convencer, yo de aquí no me muevo!!"-.