Estaba tan tranquilo en la habitación cuando empiezó a llegarme un cierto olorcillo; me fui dejando caer hacia el salón como el que no quiere la cosa; y allí estaba, solita encima de la mesa, sin más ojos encima que los de una mosca enana y los míos. yo, que suelo pensar las cosas antes de hacerlas, me dije a mí mismo:"si no me meto con nadie, me aguanto hasta llegar a la calle, no muerdo las zapatillas (aunque me cuesta bastante resistirme a las nuevas adquisiciones)... ¡¡YA ESTÁ, ESTO ES UN REGALITO PA EL NENE!!-"
Y yo, como no sé decirle que no a nadie, ni a nada, le pegué un lametoncito (sin apenas notarse); tras un cuarto bocado y, como ya he dicho antes, un lametoncito inapreciable, surgió el problema.
Ya sabemos todos lo que ocurre cuando piensas que estás haciendo algo maravillosamente bien, y en realidad no haces otra cosa que meter la pata hasta el corvejón (eso lo notamos cuando sin ningún problema vemos aparecer una vena en toda la frente) , mientras se le termina de hinchar, nos da tiempo de meternos en nuestro escondite, aquel que tan sólo conocemos nosotros. Primero se escucha un : -¿Charlie, donde estás?, - después un: -¡ven aquí chiquitín!- y lo que nos hace salir a todos de nuestro escondite cuando sabemos que hemos hecho algo que al parecer no debíamos: -¡¡venga, que nos vamos a la calle!!- Yo como chucho que soy y con una educación exquisita salí de debajo de la cama y... ZAZZ, en todo el culo.
He sacado algo bueno de todo esto, acabo de darme cuenta que hay una zapatilla nueva... por poco tiempo.
Y yo, como no sé decirle que no a nadie, ni a nada, le pegué un lametoncito (sin apenas notarse); tras un cuarto bocado y, como ya he dicho antes, un lametoncito inapreciable, surgió el problema.
Ya sabemos todos lo que ocurre cuando piensas que estás haciendo algo maravillosamente bien, y en realidad no haces otra cosa que meter la pata hasta el corvejón (eso lo notamos cuando sin ningún problema vemos aparecer una vena en toda la frente) , mientras se le termina de hinchar, nos da tiempo de meternos en nuestro escondite, aquel que tan sólo conocemos nosotros. Primero se escucha un : -¿Charlie, donde estás?, - después un: -¡ven aquí chiquitín!- y lo que nos hace salir a todos de nuestro escondite cuando sabemos que hemos hecho algo que al parecer no debíamos: -¡¡venga, que nos vamos a la calle!!- Yo como chucho que soy y con una educación exquisita salí de debajo de la cama y... ZAZZ, en todo el culo.
2 comentarios:
¿pero quién es el tipo que sale en calzoncillos en la parte derecha de la foto?.... debe ser su complice porque parece que le encendiese la luz al chucho, hay que averiguar cuanto se comió el otro, no solo el cuadrupedo, sino también el bipedo mirón, que solo callaría porque tuvo su parte del botín.
Creo que tú y yo podemos ser grandes amigos, tú si que me entiendes.
Fue el otro, si si, el de los calzoncillos; él me dijo: -"¡¡Tú, enano, ni se te ocurra!!"-, yo entiendo esto como una invitación clara, y yo ya lo he dicho antes: "no soy capaz de decirle no a nadie". Que después cambiara de opinión eso ya es otra cosa...
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